

Rodríguez relató que el GEN fue convocado para integrar la nómina de Somos Buenos Aires, pero que al momento del cierre se encontraron con que “los primeros lugares ya estaban asignados” y que no existió un verdadero espacio de debate sobre proyectos o continuidad política. “No hubo reunión previa para discutir qué proyecto se quería. Todo estaba predefinido. Nos sorprendió porque se hablaba de un armado consensuado y no fue así”, señaló.
El dirigente sostuvo que el espacio quedó conformado por “los mismos nombres que se repiten desde 2011” y criticó la falta de recambio generacional. “Nosotros impulsamos nuevas ideas y proyectos colectivos para San Martín, pero en esa lista no se veían. Por eso preferimos dar un paso al costado”, agregó.
Según Rodríguez, la candidatura de Matías Brown estaba definida desde el inicio. “El apellido ya estaba instalado". Incluso durante la breve campaña, el referente admitió que su espacio no se sintió representado: “Nuestro candidato no se identificaba ni en el discurso ni con el vecino. Era más funcionario que opositor. Había rechazo en la calle”.
Ante ese panorama, el GEN optó por retirarse formalmente de la lista y no participar de la elección. “Consultamos con Margarita (Stolbizer) y con la conducción del partido, y nos dieron libertad para decidir. Preferimos no confundir al vecino, no prestar fiscales ni alentar el voto por una lista con la que no compartíamos el armado”, explicó.
El referente del GEN también reflexionó sobre el clima general de los comicios, al que calificó como “una elección vacía de propuestas, dominada por la polarización”. Y culminó: “La campaña se redujo a votar una lista para frenar al otro. No hubo debate real de ideas. Eso dejó afuera a muchos partidos y desmotivó al vecino”.