Para Mercado, lo ocurrido no puede interpretarse como “una pelea más”, sino como la consecuencia de un deterioro cultural que afecta directamente a los jóvenes: “Esto que pasó en la Plaza de Talar es tristísimo. Es una alarma para todos. Algo que tendría que ser alegría y un recuerdo lindo terminó en un caos. Botellazos, golpes, heridos… Cuatro chicos intoxicados por alcohol y un menor demorado porque tenía un arma blanca”.
La dirigente remarcó que las imágenes que circularon —incluidas fotos de armas caseras que los alumnos habrían preparado— muestran un cuadro que excede lo circunstancial: “Eso no es algo que salió de la nada. Hace años que vienen destruyendo valores básicos y el resultado es este vivir sin límites, sin respeto, sin rumbo”.
Lejos de apuntar únicamente a los adolescentes, Abigail señala una responsabilidad social más amplia: “No lo digo para atacar a los chicos; al contrario, los están abandonando. Cuando a una generación le enseñan que todo da lo mismo, que no hay autoridad, que la familia es un estorbo, que el esfuerzo no vale, después no nos sorprendamos de ver este tipo de violencia en la calle".
La referente libertaria también cuestionó el rol de algunas instituciones: “La escuela no puede ser un lugar donde se naturaliza la agresión o se baja línea para confundir. La familia no puede estar sola y el Estado no puede mirar para otro lado mientras nuestros hijos se autodestruyen".
Finalmente, hizo un llamado a recuperar valores que considera esenciales para revertir esta situación: “Hay que volver a lo simple, a lo sano: familia fuerte, escuela que enseñe de verdad, autoridad presente que se respete, cultura del trabajo, del mérito y del esfuerzo. Valores claros".