Tras cuatro mandatos consecutivos al frente del Colegio de Abogados de San Martín y casi 16 años de gestión, la intención del presidente Marcos Vilaplana de buscar un quinto período desató una ruptura interna y reconfiguró el mapa electoral del organismo.
El quiebre se formalizó cuando el vicepresidente, Roberto Amantía, manifestó su disidencia frente a las aspiraciones del titular del colegio de Abogados sanmartinense de ir por un nuevo mandato. Esto se da ante una creciente “falta de respuestas frente a los problemas de la matrícula”.
Este disenso generó un rápido movimiento político. En ese sentido, las principales fuerzas políticas y referentes independientes se alinearon con Roberto Amantía, quien se posicionó como el líder de una nueva alternativa con claras aspiraciones de gobierno.
El nuevo espacio, llamado Abogacía Activa, “levanta las banderas del ejercicio profesional autónomo e independiente como únicos rectores de la gestión frente a una dirigencia que parece alejada de la realidad de los tribunales”, explicaron.
El pasado 31 de octubre, más de 400 abogados acompañaron la de Abogacía Activa. Un dato que aportaron los organizadores que “la asistencia prácticamente igualó la cantidad total de votantes de la última elección, evidenciando el fin de la apatía y el renovado interés por un cambio”.
Con un Consejo Directivo dividido en dos bloques de igual peso, el escenario electoral para el próximo parece haber cambiado profundamente. Luego de años de comicios sin opción real, aparece la posibilidad de manifestar políticamente -mediante el voto-los reclamos de la abogacía.
“Lo que hasta hace poco parecía una continuidad administrativa, hoy se perfila como un debate sobre la alternancia democrática y la necesidad de recuperar un Colegio de Abogados de San Martín gremialmente fuerte y con autonomía plena”, indicaron desde Abogacía Activa.