"Nos enorgullece homenajear a un hombre como Leo, que fue una persona que se sintió mejor ayudando a los demás que a sí mismo. Por eso es un honor que el primer nombre que figure cuando uno entra al Microestadio sea el de un dirigente de un club de barrio, ya que esto habla de nuestra mirada del deporte como herramienta de inclusión, de desarrollo y de solidaridad entre pares", explicó el jefe comunal.
El Tano Leo, como solían llamarlo, perdió la vida en abril pasado, mientras jugaba un partido de fútbol en la entidad deportiva que él mismo fundó hace más de una década en el barrio La Madrugada. Tenía 45 años y era muy querido por la gente que concurría al club y por vecinos de otras entidades que valoraban su compromiso por inculcar entre los chicos valores de vida a través del deporte.