

En el contexto de pandemia, la rama textil de la Economía Popular sostiene miles de puestos de trabajo en el territorio bonaerense. Cumpliendo con los protocolos de prevención del coronavirus, las cooperativas y unidades productivas se adaptaron para responder a la mayor demanda de insumos sanitarios, como barbijos, cofias y camisolines.
Las 49 unidades y cooperativas encuestadas pueden producir más de 500 mil kits sanitarios semanales. Cabe destacar que la capacidad productiva es heterogénea. Incluso algunas de las unidades se conformaron a partir de la necesidad de producir insumos sanitarios críticos ante el contexto de pandemia.
En cuanto a la conformación de las mismas, el 54 por ciento tiene hasta 10 trabajadores y trabajadoras, mientras que sólo el 12 por ciento supera los 30 integrantes.
Por otra parte, la mayoría de los espacios relevados corresponde a pequeñas unidades productivas. El 63% cuenta con hasta 10 máquinas para realizar sus tareas.
Otro dato que demuestra el grado de informalidad del sector y la dificultad para el acceso a líneas de financiamiento (créditos y subsidios) y a compras estatales es que el 48% de las unidades relevadas no posee personería jurídica.
En este sentido, desde la Subsecretaría de Economía Popular, con el objetivo de transformar en acciones y políticas públicas la agenda del sector, se articula la compra de productos provenientes de cooperativas, fábricas recuperadas y unidades productivas, a las cuales además se las asiste legalmente en la inscripción como proveedoras del Estado.
“Realizar un diagnóstico del universo por unidad productiva y ubicación geográfica nos permite diseñar políticas públicas de fortalecimiento, por ejemplo, para equipar los talleres”, explicó Federico Ugo, subsecretario de Economía Popular.