El contexto en Hurlingham no es alentador. Las calles, que en otro tiempo estaban mejor mantenidas, hoy muestran signos de deterioro. La falta de iluminación en algunas zonas genera un ambiente inseguro, y los vecinos han manifestado su descontento en reiteradas ocasiones. Favilli subrayó la falta de políticas locales efectivas para abordar los problemas que aquejan a la comunidad, y hace un pedido especial: "No hay políticas de género acá para prevenir. Se necesitan medidas efectivas para proteger a la comunidad y asegurar que las denuncias sean investigadas con seriedad".

Además de las preocupaciones sobre la seguridad y las políticas de género, el dirigente hizo hincapié en la necesidad de una gestión más eficiente de los recursos municipales. La comunidad se siente desatendida, y la frustración crece cada día. Según datos compartidos por Favilli, en 2019 se registraron varios incidentes graves en el distrito, cifra que ha ido en aumento en los últimos años. "Estamos hablando de una situación preocupante. Si alguien necesita ayuda y va al municipio, no encontrará las respuestas adecuadas", ironizó.

Favilli también dirigió severas críticas a La Cámpora, la agrupación política a la que pertenece Selci, describiendo la municipalidad como "uno de los refugios que tienen para abarcar a todos los que quedaron afuera en las últimas elecciones". Esta afirmación pone de manifiesto la percepción de que el municipio se ha convertido en un espacio de refugio para aquellos que han perdido poder en otros ámbitos políticos. Según él, en este distrito, uno de los más pequeños de la provincia de Buenos Aires, hay más de 10.000 empleados municipales. "Es la cueva de Ali Babá", afirmó.