

Por Jorge Deantoni
Hoy, ante un nuevo aniversario del fallecimiento de Don Arturo Illia, muchos dirán solamente que fué un hombre honrrado, honesto, cosa que era cierto. Y lo van a hacer a propósito para hacerle el juego a la derecha, minimizando su gestión de gobierno.
Durante su gestión, se sancionó la ley del salario mínimo, vital y móvil, la ley de medicamentos, la ley de asociaciones profesionales y derogó la ley de contratos petroleros suscriptos por el presidente Arturo Frondizi con empresas extranjeras. Cuando le preguntaron por qué, respondió: “Sencillo, está en nuestra plataforma electoral”.
Destinó el 25% del presupuesto a educación, ciencia y tecnología. Además, incorporó al Código Penal la figura de enriquecimiento ilícito de los funcionarios. En su gestión, Naciones Unidas votó la resolución 2065/65 que convocaba al Reino Unido a sentarse a discutir la soberanía de las Islas Malvinas.
Él también fué blanco de la derecha de la época. Illia respondió con hechos: durante su gestión el PBI creció más del 20% acumulado en 1964 y 1965, la industria un 35%, el salario real subió más de un 10% y la ocupación aumentó. Redujo la deuda externa y aumentó las reservas del Banco Central, todos logros que fueron ignorados o minimizados por quienes lo habían tomado como blanco.
Fue víctima de una cruel campaña de los medios. El martes 28 de junio de 1966 fue desalojado del poder por un golpe cuya cabeza era el general Juan Carlos Onganía. Hombres como Illia, Raúl Alfonsin me recuerdan el motivo por el cual me afilié a la UCR.