“El comienzo de clases fue bastante ordenado”, aseguró Cifelli. Durante el receso escolar, dicha entidad trabajó en tareas de mantenimiento estructural que resultaban difíciles de ejecutar con alumnos en las aulas. Llevaron a cabo arreglos en pozos, fisuras, instalaciones de agua y electricidad en varios establecimientos educativos del distrito.

Además de las tareas propias del Consejo Escolar, trabajaron en conjunto con el municipio en la puesta a punto de las escuelas. “El programa Buen Comienzo colaboró en este sentido, con entidades y dirigentes del distrito que ayudaron en la limpieza, pintura y retiro de material en desuso”, explicó.

El contexto económico y la reducción de recursos provenientes de Nación impactaron de lleno en la educación provincial. “Siempre lo económico condiciona, pero desde el primer día entendimos que debíamos administrar el presupuesto con mucho orden”, sostuvo Cifelli. Destacó que, a pesar de la crisis, han logrado mantener las cuentas claras y evitar deudas.

La falta de fondos nacionales repercutió en el desarrollo de obras escolares. “Durante la gestión provincial anterior, se crearon 220 escuelas nuevas en Buenos Aires, de las cuales el 60% se financió con recursos nacionales y de la coparticipación. Hoy esos fondos no llegan, lo que afecta la continuidad de las obras”, advirtió. Otro programa afectado es el FINES, que permite a jóvenes y adultos terminar la secundaria. “A nivel nacional no está funcionando, pero en la provincia de Buenos Aires sigue en pie gracias a la decisión del gobernador de sostenerlo, aunque con desfinanciamiento”, señaló Cifelli.

El Consejo Escolar mantiene un vínculo fluido con docentes, directivos y familias, clave para sobrellevar las dificultades del sistema educativo. “Aprovecho para felicitar a todos los actores de la comunidad educativa. Es una mesa muy amplia y todos los días trabajamos para que el sistema crezca, contenga y siga abriendo sus puertas”, expresó.